La casa ha
comenzado a llenarse de hormigas.
Pienso en todas las generaciones que la han habitado y no llego a ninguna
conclusión. Las hormigas quizá hacen juego con teorías salvajes, con héroes de
novelas, con horas vacías.
No sé…
Desfilan sin pausa sobre los retratos que cuelgan de
la pared. Yo no me altero demasiado. Podría ser el avance del tiempo o
sencillamente un efecto óptico.
Quizá todo reside en que la memoria olvida y es por
eso que yo estoy aquí.
Porque nadie se acuerda de mí.
Porque yo no recuerdo a nadie.
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