Conocí
a Mila un lunes por la tarde; desde aquel momento ella vive ajena a mí y a mis
sentimientos. Apenas hablamos. Yo continúo aquí; esperando: segundos, minutos,
horas, días, meses, años… De nuevo ha llegado la nieve y bajo el peso de este
frío... sigo enamorado de ella. ¿Que por qué no desisto? Porque puedo leer la
primavera en todas las vallas publicitarias.
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