viernes, 21 de marzo de 2014

SU SOMBRA.

Siempre supo que en las inscripciones milenarias
podía leerse la urgencia del silencio.

Siempre supo que las lágrimas
acababan mezcladas con un tiempo de agua y de sal.

Siempre le plantó cara
a la arena y al olvido
al invierno y al desierto...

Sin embargo, nunca pudo descubrir
quién era el verdadero dueño de su sombra.

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