martes, 18 de marzo de 2014

FLORES EN BLANCO Y NEGRO




Llevaba un par de días raro. Sentía como una especie de desazón interior que no podía explicarme. Había perdido mi reloj y mis recuerdos no acababan de ser nítidos. Así llegué hasta aquel banco del parque; desorientado y perdido. Allí sentado imaginé brújulas doradas y tiempos ocultos, pero no terminaba de centrar mi mente. Observé detenidamente los juegos de los niños, las conversaciones de sus madres, la ropa de deporte de todas las personas que pasaban corriendo…
Nadie parecía verme.
El sol caía a plomo y sin embargo, yo sentía un frío mecánico que calaba mi memoria. Me sobresalté cuando miré las flores y no percibí color alguno. Aquellas flores eran en blanco y negro. Algo me estaba pasando…Lo tenía cada vez más claro… Lo sabía.
De pronto, reparé en el periódico; un periódico tirado en el suelo, bastante cerca del banco del parque que yo ocupaba. Me levanté y lo cogí y al volver a sentarme para ojearlo sentí que la soledad y la incertidumbre se echaban un pulso en las profundidades más lejanas de mí mismo. Me detuve en una página manchada y algo arrugada. En ella leí palabras que poco a poco fueron adquiriendo un sentido. Hablaban de la muerte de un hombre…por lo visto murió de repente, dejando sin aliento a su mujer y a sus hijos…Leí su nombre… y el periódico se me cayó de las manos. Descansó nuevamente en el suelo, allí… a mis pies. Al rato fue recogido por un barrendero que le gritó a su compañero, después de echarle un vistazo:
_ ¡¡Eh Joaquín!! Un periódico de hace dos días tirado en la mitad del parque… ¡Qué poca vergüenza tiene la gente!  ¿Para qué coño se inventaron las papeleras?
Se alejó con su cubo de basura a medio llenar.
Él tampoco se dio cuenta de que yo estaba allí.


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