miércoles, 4 de septiembre de 2013

EL PAÍS DE NUNCA JAMÁS




Sin luz en el laberinto
Regreso por todas las salidas imaginarias
Escucho disparos y ráfagas de niebla

Entre mis sábanas indecisas
Ya no estamos nosotros

Nos hemos perdido sobre el filo de las sospechas

Arde un lago sorprendente y extenso
Suenan los árboles de un bosque abandonado
Mi cintura y mis labios y mi espalda se han  quedado sin sentido
Entonces … ¿Es el viento el que acaricia mi cuerpo?

Caen todas las leyes
Y mi corazón se desata
Y todo tiembla
Y todo pasa
Y nada importa
Y ¿tú no existes?

Desde el asiento de este autobús urbano creo escuchar el canto de una sirena
Es la señal
He llegado a la última parada
Bajo
Me quedo inmóvil sobre la acera
Contrapesando la realidad insoportable, vacía e insostenible

Entonces inicio un vuelo lento
Hasta la estricta lejanía de un país encantado
Un refugio para siempre
Para borrar el miedo
Para curar heridas
Para que nada vuelva a romperse
“nunca jamás”.

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