lunes, 19 de agosto de 2013

EL TOBOGÁN AZUL

Imagen: MERITXELL RIBAS
Busco referentes en primera persona y persigo el oxígeno, el sosiego y las palabras capaces de formar un manual para la existencia.
Describo a los conspiradores y cuestiono sus historias a través de un lenguaje desabrigado y revelador con el que compongo mentiras edulcoradas.
Publicaciones novedosas y colectivas. Planteamientos que se continúan en libros desiertos. Lecturas de ensayos mediáticos. Revoluciones fallecidas.
El homenaje de mi voz que inaugura movimientos y guerras ficticias.
Siempre habrá un mañana y una nueva narración y un ayer que ya jamás estará por venir. El instrumento es el recuerdo y el modelo a seguir está por hacer.
Innovar el presente es la lucha individual capaz de descatalogar los sentidos.
Reivindicar la temática y el sistema y las meditaciones como un análisis natural al que se le puede añadir un poco de suspense.
Distraerse en las alturas y componer poesías que aporten nuevos procesos de habla y nuevos fragmentos de tiempo.
Escribir novelas de acción donde la tesis caiga desplegada sobre el campo informe de lo real.
Una visión que contrasta con el poder y con la oscuridad.
Escribir.
Escribirlo todo.
Rodear en cursiva las opiniones y las versiones. Subrayar los aspectos de la cultura que lograron emocionarnos. Armar de paciencia un abecedario limitado e infinito con el que rematar datos ficticios, informes oficiales, palabras visionarias. Salir. Volar. Escapar. Evadirse. Construir otros lugares por los que se pasean las letras en un tobogán azul que no acepta un punto y final.

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