miércoles, 21 de agosto de 2013

DESCONEXIÓN CAÓTICA.

Imagen: CATRIN WELZ-STEIN
Conozco lo más característico de los espejos y de los calcetines y de los cordones. Esto, me hace atravesar un ensimismamiento puntiagudo que cruza tuberías, viviendas y tendederos y me ubica a ratos en una realidad de pico que se eleva sobre tacones de mujer fatal. 
Si doy un rodeo y atravieso la puerta, percibo el olor de la cocina y de mi propia censura.
Si voy por detrás, salen las cucarachas de la nada.
Así que trepo ágilmente por la celosía exterior, enseñando las suelas de mis zapatos marrones.
Deambulo por pasillos perfectamente cumplimentados...y permanezco absorto.
Desde el baño escucho las viejas adivinanzas que grita el anfitrión de la casa. Me invita a aplastar objetos...y yo reúno insectos que juegan un partido sin deportivas.
Desde el interior, el piso me enseña los días. Alguien me presentó un patio vacío
De tanto andar...
De tanto entrar...
Necesito quien arregle mis zapatillas sucias
Propongo un hurto sencillo
Robar el resplandor...y bajo su luz aparecer inanimados, vagamente descendiendo por conceptos y algunas definiciones.
Mostrar modos y cuartos
Proponer y observar los escotes de la noche
Detectar el hambre y la procedencia de las canas
Ninguna determinación
Alrededor
Debajo
Alcanzar la mágica oscuridad
Acercarme a sus brillos
Dirigir mis palabras hacia lugares poemáticos y adoptar por siempre versos de todas las razas y de todos los colores. Con ellos formo manuscritos con los que hago frente a cualquier desconexión de tipo caótico.

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